
El primer domingo de enero de 2020, después de las vacaciones de Navidad, fuimos a visitar a las enfermas de Cottolengo, en este centro atienden a mujeres y niñas internas con alguna discapacidad intelectual, física, psíquica o sensorial. Estas son cuidadas por monjas, trabajadoras y voluntarios.
Todos los años visitamos esta institución para ayudar en lo que podamos y hacerles compañía.
Ya nos conocen y ellas se ponen muy contestas con nuestra visita. Es muy gratificante sentirse útil y querido.
Con este voluntariado queremos inculcar a nuestros escolares el amor desinteresado. Darte a los demás sin esperar nada a cambio, pero a la vez recibiendo más de lo que tú humildemente les das.
Por otra parte, es bueno que vean otros tipos de problemas y sufrimientos que hay en la vida y aún con estos problemas se lucha y se intenta sonreír y disfrutar de las pequeñas cosas.
Siempre que vamos aprendemos algo nuevo de estas maravillosas personas.
Marta Raquel García Álvarez. Educadora.